5 cosas que puedes hacer contra las causas del calentamiento global

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Las principales causas del calentamiento global son cosa del hombre. Y el último informe del IPCC, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, de las Naciones Unidas, avisa que todos tenemos que arrimar el hombro para no superar los 1,5 grados de calentamiento global.

Sí, es verdad que las grandes compañías contaminan más que nosotros, pero nuestro granito de arena también cuenta. Y mucho.

Causas del calentamiento global

La causa principal son las emisiones de CO2, gases de efecto invernadero que la humanidad está liberando, sobre todo en el último siglo. Son las que causan y seguirán causando nuevos cambios climáticos. Según el programa para el Medio Ambiente de la ONU, el hombre está provocando “una alteración peligrosa y generalizada en la naturaleza”.

¿Y cómo se producen estos gases? Principalmente, por la deforestación, los cambios en el uso de la tierra (transformar los bosques y los campos a nuestro antojo) y por el uso de eso de lo que tanto oímos hablar: los combustibles fósiles.

Pero ¿qué son los combustibles fósiles? Principalmente, hablamos de carbón, petróleo y gas natural. Son fuentes de energía no renovables que proceden de animales o plantas en descomposición y que tardan millones de años en regenerarse. Sí, has leído bien, mi-llo-nes.

Cuidar el planeta

Si te quieres remangar y hacer algo para cuidar el planeta tenemos buenas noticias: es más fácil de lo que parece. Basta con hacer un cambio de chip en la manera de consumir y de producir. Es decir, vigilar lo que adquirimos y lo que generamos.

Es tan simple como, la próxima vez que vayas a comprar, te pares un momento a pensar en el producto (el origen y el proceso por el que pasa tu compra hasta llegar a ti) y cómo vas a hacer esa compra (en coche, andando, por Internet…).

Ten en cuenta que incluso sin salir de casa estamos consumiendo y produciendo constantemente, casi sin ser conscientes. Consumimos energía para hacer funcionar el hogar y producimos residuos y desechos de forma continuada.

El cambio está en tu mano. El IPCC cree que si modificamos los hábitos en lo relacionado con la vivienda, el transporte y el consumo, se podrían reducir en un 40-70 % las emisiones de los proveedores que intervienen en estas áreas.

5 cosas que puedes hacer por el medio ambiente

Vale, te hemos convencido. Te quieres poner a ello y frenar las causas del calentamiento global. ¿Por dónde empezamos?

Aquí te dejamos cinco pequeños grandes cambios que marcan la diferencia.

Cambia tu forma de desplazarte

Sabemos que las necesidades de transporte son las que son y no siempre podemos escoger cómo desplazarnos. Pero dedícate un momento a pensar si hay algo que puedas cambiar.

Evidentemente, lo ideal sería desplazarnos a pie, en bicicleta o patinete, la opción más saludable. Si no es posible, prioriza el transporte colectivo al individual. Y si tienes que coger tu coche o moto, recuerda que los vehículos de 0 emisiones son cada vez más asequibles.

Aprovecha también que se ha popularizado enormemente el uso de las videoconferencias para intentar reducir los viajes de negocio.

Piensa que hasta los coches más nuevos, adaptados a la nueva normativa europea, emiten casi medio kilo de CO2 por cada 5 kilómetros. El transporte por carretera sigue siendo el responsable del 80% del CO2 que se emite durante los desplazamientos.

Recuerda las tres “erres”: Reducir, Reciclar y Reutilizar

No te contaremos nada nuevo, ya lo hacían nuestras abuelas cuando guardaban los hilos y las agujas en las cajas de galletas y el arroz en un tarro de cristal vacío. Intenta reducir residuos reutilizando lo que se pueda y dándole nuevos usos mediante el reciclaje.

Un planeta más limpio es un planeta más sano. Y lo que tengas que desechar, intenta que vaya al contenedor adecuado y se procese correctamente.

Vigila lo que comes

Si bien es cierto que durante el proceso de producción de alimentos como la carne roja o los lácteos se generan más emisiones que con el proceso de las aves, frutas y verduras, nuestro consejo es que sigas una dieta lo más sana posible y adaptada a tus necesidades.

No está en tu mano actuar contra las macro granjas y tampoco te vamos a pedir que te vuelvas vegetariano si no lo eres. Lo que sí puedes hacer es consumir, siempre que sea posible, productos de “kilómetro cero”, alimentos locales y de temporada.

Si te apetece mango en primavera, te estás comiendo una fruta que probablemente haya recorrido 10.000 kilómetros para llegar a tu casa; mientras que si la comes en octubre, seguramente será de origen nacional. Ten en cuenta que el transporte de los alimentos representa casi el 20% de la huella ambiental que dejan.

Apuesta por las energías limpias

Ya que necesitamos consumir energía, intenta que sea limpia. Recuerda que el IPCC insiste en la necesidad de fomentar el uso de fuentes renovables y sostenibles, como el sol o el viento, para generar energía.

El uso de estas energías, baratas y limpias, nos puede ayudar a ser menos dependientes del suministro internacional de gas y petróleo, tan expuesto a las circunstancias políticas.

Por suerte, sol no nos falta en nuestro país. Considera la posibilidad de instalar paneles solares en el tejado de tu casa o negocio para tu autoconsumo. O bien consulta los servicios de energía verde que ofrecen diferentes compañías eléctricas.

Ahorra energía

No malgastes la energía, aunque sea limpia. No nos cansaremos de repetir los típicos trucos de ahorro energético que realmente funcionan:

  • No abuses de la calefacción en invierno y del aire acondicionado en verano. A 23-25 grados en verano y entre 21 y 23 en invierno se está bien en general.
  • – Intenta secar la ropa al sol y no en la secadora y utiliza el lavavajillas a pleno rendimiento
  • – Reduce el consumo fantasma desconectando completamente aparatos como la tele o el microondas
  • – Utiliza electrodomésticos con calificación A+ o superior en la etiqueta de eficiencia energética
  • – Utiliza bombillas LED
  • – Si tu casa es muy fría en invierno y muy calurosa en verano puedes aislar el techo y las paredes

Como ves, con un poco de control sobre tus desplazamientos, la gestión de residuos, tu alimentación y el tipo de energía que usas y la forma en que la consumes puedes poner tu granito de arena (o un buen pedrusco) en la lucha común contra el cambio climático.

Recuerda, las causas del calentamiento global somo nosotros, pero también está en nuestras manos la solución.

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