Placa solar térmica vs fotovoltaica

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Estamos empezado a ver las implicaciones y consecuencias que el Cambio Climático está trayendo a nuestro planeta. De hecho, el último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) realizado el mes de abril de 2022 advirtió que hay que reducir el CO2 a la mitad para 2030 si queremos evitar que la crisis climática sea del todo irremediable.

Ante esta situación, los gobiernos están tomando medidas para incentivar y acelerar la transición energética hacia el uso de fuentes de energía 100% renovables, y es aquí donde la energía solar ha conseguido un gran protagonismo.

Como podrás adivinar, en la energía solar el sol es el principal protagonista, pero hay dos tipos de tecnologías que permiten aprovechar sus beneficios y que funcionan de manera muy diferente: la energía solar térmica y la fotovoltaica.

En qué consiste la energía solar térmica y la fotovoltaica

La energía solar térmica o termosolar, coge la energía del sol para producir calor y se utiliza principalmente para calentar agua y climatizar casa o edificios.

En cambio, la energía solar fotovoltaica capta la luz, es decir, la radiación del sol para transformarla en electricidad.

En ambos casos se necesita una instalación de paneles solares para conseguir los distintos beneficios, aunque no son el mismo tipo de panel.

Paneles solares térmicos

Los paneles solares térmicos (también conocidos como paneles solares captadores o colectores) se utilizan para captar energía térmica para calentar el agua de una vivienda. Los paneles están formados por unos conductos que contienen un líquido llamado caloportador, normalmente suele ser agua o glicol, encargado de transportar la energía del sol hasta el intercambiador de calor. Este intercambiador de calor es el encargado de traspasar el calor del líquido al agua de uso doméstico, mientras que el líquido del panel recupera su temperatura habitual. Existen dos tipos de paneles solares térmicos:

Paneles solares térmicos de captador plano: cuentan con una caja rectangular recubierta por una lámina de cristal aislada térmicamente. Dentro de esta se encuentra una placa metálica que une los diferentes conductores por los que se fluye el caloportador.

Paneles solares térmicos de tubos vacíos: su estructura es más compleja, pero se aprovecha mejor la energía solar y son más eficientes. Hay una cubierta externa donde se unen varios tubos vacíos unidos por un mástil, por donde circula el caloportador.

Paneles solares fotovoltaicos

Ya os explicamos en un post anterior qué tipos de paneles solares fotovoltaicos hay en el mercado, pero vamos a hacer un resumen para que os queda claro de qué estamos hablando.

Los paneles soles fotovoltaicos, más conocidos como placas solares, funcionan absorbiendo la radiación del sol y transformándola en energía eléctrica. Una placa solar está hecha de un marco exterior de aluminio y de una parte interior donde se encuentran las células solares que suelen estar fabricadas con materiales semiconductores como el silicio.

Existen dos tipos de paneles solares fotovoltaicos:

Fotovoltaicos en red: los que están conectados a la red eléctrica general.

Fotovoltaicos aislados: los que se instalan en ubicaciones donde no llega la red eléctrica y por lo tanto necesitan de una batería para almacenar la energía.

Diferencias entre una placa solare térmica y fotovoltaica

Además de diferenciarse por su función principal y su funcionamiento, existen otras diferencias entre los paneles térmicos y los fotovoltaicos:

  • Uso: La diferencia principal es que la energía solar térmica atrapa el calor y lo utiliza para calentar el agua y climatizar una vivienda de manera más sostenible respecto el gas propano. En cambio, las placas solares se utilizan para el autoconsumo fotovoltaico, es decir, se utilizan para el funcionamiento de cualquier aparato que necesite electricidad.
  • Materiales: aunque puedan parecer iguales, los paneles solares fotovoltaicos y los térmicos son muy diferentes. Las placas solares están hechas de células fotovoltaicas hechas de silicio y las térmicas de vidrio templado oscuro que permite captar mejor el calor.
  • Vida útil: en este aspecto los paneles fotovoltaicos ganan por goleada ya que tienen una vida útil de entre 30 a 40 años, los térmicos suelen durar unos 10 años.
  • Modo de almacenaje: es una de las diferencias claves ya que los paneles térmicos almacenan la energía en un depósito de agua mientras que las fotovoltaicas en baterías para placas solares.

Esperamos que ahora tengas más claro las diferencias entre los paneles solares térmicos y fotovoltaicos. Si quieres más información, no dudes en contactarnos.

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