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El ahorro energético es un tema que siempre está a la orden del día. Es fundamental tenerlo presente por su importancia para reducir costes, minimizar la huella ambiental y contribuir a la sostenibilidad. Aunque se presta mucha atención a las grandes empresas e industrias, desde los hogares también podemos cambiar nuestros hábitos de consumo y mejorar la eficiencia energética. La adopción de hábitos más respetuosos con el medio ambiente repercutirá, además, en el ahorro energético y la reducción de la factura de la luz.
Entonces, ¿por qué es importante el ahorro energético? Porque generar electricidad es un proceso complejo y costoso con un alto impacto en el medio ambiente. Sobre todo, si la energía que consumimos es producida mediante energías no renovables, ya que se emiten grandes cantidades de sustancias contaminantes como el CO2. Por tanto, si reducimos nuestro consumo energético, reduciremos el impacto ambiental y también optimizaremos nuestra economía.
¿Cómo podemos mejorar el ahorro energético?
Existen muchas acciones a tener en cuenta para estimular el cambio de hábitos y enfocar nuestra vida de manera que consigamos ahorrar. No hace falta que sean grandes cambios, podemos empezar por pequeños gestos del día a día. A continuación, os dejamos unos trucos sencillos.
Apagar las luces y electrodomésticos que no se usen
Los electrodomésticos representan casi la mitad del gasto en una casa. Aunque no se estén usando, siguen conectados en “stand by”, lo cual gasta energía sin que nos demos cuenta. Pensamos que, con apagar la televisión con el mando a distancia es suficiente, pero realmente sigue consumiendo porque está apagada pero no desconectada del interruptor. Esto es conocido como el “consumo fantasma”. Por eso, es importante desconectar totalmente los dispositivos electrónicos. Si no el consumo se va a ir acumulando con el tiempo, significando un gasto considerable.
Usar bombillas de bajo consumo
Las bombillas convencionales consumen mucha más energía que otras como las led. Con estas bombillas lograremos ahorrar un porcentaje muy elevado de energía (hasta un 50% o 60%). En un primer momento, nos pueden parecer bombillas con un precio más elevado a la hora de comprarlas, pero a largo plazo todo es positivo.
Las bombillas de bajo consumo son mucho más eficientes en la conversión de electricidad en luz. Esto significa que generan más luz con menos consumo de energía.
Las bombillas LED tienden a tener una vida útil mucho más larga en comparación con las otras bombillas. Esto reduce la necesidad de reemplazo frecuente y, por lo tanto, el consumo de recursos y el ahorro económico.
Las bombillas incandescentes generan una cantidad significativa de calor mientras están encendidas, suponiendo un mayor calentamiento.
Aprovechar la luz natural
Si es posible, evitar encender las luces durante el día. Aprovechar la luz natural del Sol es tan importante como lo es que nuestra casa esté bien orientada y distribuida y no tengamos que depender de la luz artificial todo el día. Para aprovechar la luz natural al máximo es importante una buena ubicación de muebles y objetos, evitando que no obstruyan la entrada de luz desde ventanas y puertas.
También es fundamental usar cortinas de tejido ligero que permita el paso de la luz. Por otro lado, asegúrate de que las ventanas estén limpias para maximizar la cantidad de luz.
Apostar por energías renovables
Tanto a nivel particular como a nivel empresarial, apostar por el ahorro energético va ligado también a una apuesta por las energías renovables. Así, se podrán reducir costes y mejorar la eficiencia. Un buen ejemplo es la utilización de energía solar. Con la instalación de placas solares fotovoltaicas, que transforman la radiación del sol para obtener electricidad, contribuiremos a reducir nuestra huella ambiental y reduciremos hasta un 70% la factura de la luz.
Las 3 R: reducir, reciclar y reutilizar
Las «3 R» son un principio clave para fomentar prácticas sostenibles y reducir el impacto ambiental.
La primera «R» se refiere a la reducción del consumo. Esto implica disminuir la cantidad de productos que utilizamos, ya sea a través de la compra de productos duraderos, la reutilización de artículos existentes o simplemente consumiendo de manera más eficiente. La reducción ayuda a minimizar la cantidad de residuos generados.
La segunda «R» se centra en la reutilización. En lugar de desechar un artículo después de un solo uso, se fomenta encontrar formas de volver a utilizarlo.
La tercera «R» se refiere al reciclaje. Cuando ya no es posible reducir o reutilizar un producto, se busca reciclarlo para que sus materiales puedan ser transformados en nuevos productos. El reciclaje ayuda a reducir la cantidad de residuos que van a vertederos y, al mismo tiempo, conserva recursos al utilizar materiales reciclados en la fabricación.
Estas tres acciones están interrelacionadas. Forman parte de un enfoque más amplio de vida sostenible y, a su vez, promueve el ahorro energético. Al adoptar las «3 R» en tu vida cotidiana, contribuyes a la conservación de recursos, la reducción de residuos y la promoción de un entorno más saludable para el planeta.
Uso eficiente del agua caliente
Un uso eficiente del agua caliente es clave para conseguir un mayor ahorro energético. Es importante bajar la temperatura del calentador de agua de vez en cuando. Instalar dispositivos de bajo flujo en grifos y duchas es otra opción para minimizar el consumo energético.
También es fundamental cerrar los grifos cuando no se estén usando directamente. Aunque parezca poco tiempo, es significativo.
Ducharse en lugar de bañarse es clave para el uso eficiente de agua y, por ende, el ahorro energético. Una ducha gasta un 50% menos de agua.
2 Comments
Víctor Jimeno
Buenas tardes, quisiera saber, en la app SEMS, que significa ó hace referencia el apartado «Ingresos totales… Xxxx€».
Gracias.
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