¿Sabías el origen de la energía solar fotovoltaica?

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Poner placas solares está a la orden del día y para nosotros ya es algo cotidiano, pero ¿sabes cuál es el origen de la energía solar? ¿Sabías que hace casi doscientos años que se descubrió el efecto fotovoltaico? ¿Y que una vez descubierto aún se tardaría más de un siglo en inventar las placas solares? Si quieres, también te contamos cómo funcionan y de qué están hechas, pero a continuación de lo que vamos a hablar es del origen de la energía solar fotovoltaica.

Hoy en día todos sabemos que la energía solar es una fuente de energía limpia, sostenible e inagotable. Se genera a partir de los rayos del sol. Y es que en nuestro país no vamos escasos de días soleados.

Los humanos llevan siglos aprovechando la radiación solar. Por ejemplo, los antiguos romanos ya utilizaban vidrio en sus ventanas para retener el calor y atrapar la luz del sol en sus edificios. Desde las técnicas más rudimentarias hasta los métodos actuales, el hombre ha utilizado la energía del sol para hacer su vida más confortable.

El origen de la energía solar fotovoltaica

El efecto fotovoltaico se descubrió en el año 1839. Fue gracias al físico francés Alexandre Edmond Becquerel. No estaríamos hablando del origen de la energía solar si no fuera porque este físico experimentó que, al exponer una pila electrolítica con electrodos de platino, subía la corriente eléctrica.

Alexandre Edmond Becquerel es el responsable del origen de la energía solar
Alexandre Edmond Becquerel

El siguiente paso en la evolución de la energía solar fotovoltaica fue gracias al ingeniero eléctrico inglés Willoughby Smith. En 1873 descubrió, de forma un poco accidental, que la electricidad viajaba a través del selenio cuando éste se encontraba expuesto a la luz del sol.

Poco después, en 1877, William Grylls Adams y su alumno Richard Evans Day siguieron investigando el efecto fotoeléctrico en sólidos. Descubrieron que cuando exponían el selenio a la luz se generaba electricidad. Este fue el origen de la primera célula fotovoltaica de selenio.

Llegados a este punto, era de esperar que la primera placa solar de la historia no tardara en aparecer. Y así fue. En 1883, el inventor Charles Fritts, desarrolló la primera placa solar. Utilizó un panel metálico sobre el que extendió una capa de selenio y, a continuación, otra de oro. Con este prototipo consiguió generar una corriente eléctrica continua y constante.

Fue una época de gran esplendor científico y tecnológico. No obstante, tras aquella primera célula fotovoltaica de selenio, hubo que esperar hasta 1953 para crear la primera basada en el silicio. Esto supuso una gran revolución. La célula solar de silicio producía suficiente electricidad. También era lo suficientemente eficiente para hacer funcionar dispositivos eléctricos.

Comercialización de las placas solares

A pesar de su descubrimiento en la década de 1950, las placas solares fotovoltaicas enfrentaron inicialmente desafíos significativos en costes y eficiencia. En 1956, cuando estas tecnologías comenzaron a comercializarse, el precio de los paneles solares era muy alto para la mayoría de las personas. Sin embargo, a medida que la investigación y el desarrollo continuaron, los costes comenzaron a disminuir gradualmente.

Fue durante la década de 1960 cuando las placas solares encontraron una aplicación práctica. Fue en la industria aeroespacial, particularmente en la fabricación de satélites por parte de Estados Unidos y la Unión Soviética. La fiabilidad y la independencia energética que ofrecían las células solares resultaron ser ideales para alimentar equipos en el espacio exteriores.

A pesar de este éxito inicial en el ámbito espacial, el uso de la energía solar en aplicaciones domésticas y comerciales era limitado en las décadas siguientes. Esto se debía al bajo coste de los combustibles fósiles. Estos dominaban el mercado energético y ofrecían una alternativa más económica que la energía solar.

Sin embargo, la situación comenzó a cambiar en la década de 1970. En esos momentos, los precios de los combustibles aumentaron por la crisis del petróleo. Este aumento impulsó un renovado interés en la energía solar.

Los hogares y las industrias empezaron a reconocer el potencial del sol como una fuente de energía abundante y sostenible. Era una gran opción para la climatización, el calentamiento de agua y la generación de electricidad.

A medida que avanzaba la década, los avances tecnológicos y la producción en masa contribuyeron a una disminución significativa en los costes de los paneles solares. Este descenso en los precios, combinado con políticas de incentivos, ayudó a acelerar la adopción de la energía solar en todo el mundo.

¿Por qué se ha popularizado la energía solar?

Desde entonces, el precio de las placas solares fotovoltaicas ha ido disminuyendo. Especialmente desde que en 2018 se aprobó la ley que reconocía y favorecía el autoconsumo de energía eléctrica renovable. A partir de aquí, se facilitaron los trámites para tener una instalación fotovoltaica. También se aprobó la compensación de excedentes. Esto permitió aumentar el ahorro y amortizar la instalación más rápidamente.

Hoy en día, si miramos el precio de una instalación de placas solares vemos que en general resulta muy rentable. Se trata de inversiones económicamente más accesibles que suponen hasta un 70% de ahorro en la factura de luz. Este ahorro hace que se amorticen en un plazo de 5 a 7 años. Además, las viviendas con placas solares se revaloricen.

Por otro lado, la sociedad también se ha transformado. El siglo XXI ha venido marcado por una creciente consciencia ambiental de la sociedad. Con el cambio de milenio le vimos las orejas al lobo, y cada vez adoptamos más medidas a nivel individual contra las causas del calentamiento glogal.

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